El arte es una aspiración, una afirmación que trasciende las prohibiciones y la censura. ​

Gabriel Sánchez Viveros

Gabriel Sánchez Viveros es un artista transdisciplinario y arquitecto mexicano cuya obra habita el cruce entre la precisión del diseño y la profundidad de la expresión artística. Egresado de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha desarrollado un lenguaje visual que integra sensibilidad estética, rigor conceptual y vocación humanista.

Su trayectoria arquitectónica abarca más de 60 proyectos de arquitectura e interiorismo realizados en diversas latitudes. Durante 15 años trabajó en Arabia Saudita, donde diseñó palacios para la familia real, una experiencia que amplió su visión sobre la diversidad cultural y la dimensión simbólica del espacio.

En el ámbito del arte contemporáneo, Sánchez Viveros explora temas como la identidad, el cuerpo, la memoria y el ritual, a través de medios como la fotografía, el grabado, la instalación y el arte participativo. Ha complementado su formación con estudios en arte contemporáneo, migración y derechos humanos, así como talleres especializados en fotografía y producción gráfica en México y el extranjero.

Su obra ha sido reconocida internacionalmente con 35 exposiciones individuales en México, España y Alemania, y más de 60 colectivas en América, Europa, Asia y Medio Oriente. Ha participado en siete bienales y trienales internacionales, entre ellas la Trienal de Tijuana (México), la Beijing International Art Biennale (China), la Asian Art Biennale (Bangladesh), la Bienal Internacional de Pintura de Chisináu (Moldavia) y la Bienal Virtual de Panamá.

Con un estilo ecléctico y simbólico, Gabriel Sánchez Viveros crea obras que invitan a la introspección sobre la vida, la fragilidad del cuerpo, la espiritualidad y la condición humana. Su práctica fusiona arquitectura y arte en una sola voz expresiva, íntima y universal, haciendo del arte un territorio fértil para el pensamiento, la emoción y la transformación.

Statement

Mi trabajo toma como punto de partida la imagen que se crea a través de la experiencia como un bosquejo parcial de la realidad. Me interesa pensar en el proceso físico y mental que seguimos para conocer el mundo, la necesidad de vincularnos con nuestra naturaleza, corporal, gestual y humana, que se extiende hacia el lugar que habitamos y que puede ser tan compleja como nuestra propia imaginación allí donde convergen la idea del mundo y la experiencia de lo real y es tan antigua como la presencia humana en la tierra. Los materiales que uso están ligados a la búsqueda de la belleza natural. Tienen un valor simbólico y al mismo tiempo reflejan el equilibrio entre lo tradicional y orgánico y las nuevas tecnologías. En este sentido me gusta estar abierto al trabajo con distintos medios para poder reflejar lo que es estar vivo en el Siglo XXI.

Creo profundamente que el arte es un campo de libertad que me ha permitido investigar, conocer y resolver además de los problemas técnicos que plantea cualquier medio la manera en la que operan las imágenes para la construcción del sentido del mundo.

Creo en el arte como aspiración, como una afirmación en dónde las prohibiciones y la censura desaparecen momentáneamente.  Y en este sentido, la naturaleza, siempre presente en mi obra, es una afirmación de la vida, una invitación a la resistencia, una revuelta, una denuncia, una búsqueda de una mejor relación de la humanidad con el mundo.