Se dice que el arte nuevo solo hay de dos aguas; o emerge o se sumerge, de ahí el gran valor que adquieren los espacios que se encargan de difundirlo. Este es el caso del Palomar de Minotauro, una particular galería que desde hace 7 años se ha encargado de difundir arte emergente y propiciar el coleccionismo y por qué no, la compra.